DECLARACION DE PRINCIPIOS PARTIDO SOCIALISTA

 
Esta Declaración de Principios está contenida en un documento extractado publicado por el Diario Oficial del 30 de marzo de 1990, el que a su vez fue suscrito el 8 de marzo de 1990 ante el notario de Santiago Kamel Saquel Zaror, complementado por escrituras públicas de 15 y 23 de marzo, respectivamente. La Directiva Central Provisional del PS de Chile (Unido), firmante de tales documentos, estaba encabezada por Osvaldo Pablo Lagos Puccio, Presidente; Francisco Javier Fernández Fredes, como Secretario General; y Ernesto Galaz Cañas, como Tesorero. Se consigna en esa época como domicilio común calle Agustinas 853, oficina 1015, de Santiago
El socialismo es la más plena expresión de la democracia. En tal virtud, el Partido Socialista de Chile proclama su inclaudicable voluntad de contribuir siempre a la defensa y al constante perfeccionamiento de la democracia.
Los socialistas fundamentan la legitimidad de su vocación democrática en su histórica lucha por los derechos de su pueblo a la libertad y a la justicia y en sus contribuciones al desarrollo de la democracia política y social de nuestra patria.
Para los socialistas de Chile, la unidad del socialismo y la democracia se funda en su permanente y suprema aspiración a lograr la igualdad y la libertad de todos los seres humanos, considerando ilegítimo sacrificar una en función de la otra.
Por lo mismo, los socialistas luchan contra toda forma de opresión y hacen de la emancipación y de la igualdad de oportunidades de las mujeres y hombres de la tierra, sin exclusiones, el núcleo de su idea de libertad. Rechazan, en consecuencia, los comportamientos egoístas y excluyentes que la lógica del sistema capitalista impone a los seres humanos.
La democracia, para los socialistas, es el sistema político que debe asegurar la convivencia entre los diversos componentes de la sociedad e inducir, por tanto, el desarrollo de los valores de la solidaridad y de la participación ciudadana en todas las esferas de la vida social.
Coherente con ello, el Partido Socialista de Chile lleva a cabo su acción política respetando a quienes disienten de su ideario, propugnando la resolución democrática de los conflictos de intereses e ideas y rechazando la violencia como forma de imponer un determinado proyecto político. El régimen político democrático no es, por lo tanto, una simple forma de administración del orden existente, sino la vía para su propia transformación así como de la estructura de la propiedad en que descansa, con el propósito de abrirlo a la progresiva participación de los ciudadanos y las organizaciones sociales, políticas y culturales en todas las esferas de la vida nacional.
En el Partido Socialista de Chile confluyen distintas expresiones del pensamiento emancipador y transformador del mundo contemporáneo, insertas todas en la matriz crítica de la sociedad capitalista. Es así que convergen en su seno el pensamiento marxista enriquecido y rectificado por todos los avances científicos y el devenir social, con las mejores tradiciones humanistas y con los valores solidarios y libertarios del mensaje cristiano
Formalmente el Partido Socialista de Chile nace el 19 de abril de 1933, cuando se unifican 4 grupos de inspiración socialista, pero su historia se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, cuando nacían las primeras manifestaciones organizadas de los trabajadores del país, la sociedades de socorro mutuo y los incipientes sindicatos, con el impulso de destacados intelectuales como Francisco Bilbao, Santiago Arcos o Eusebio Lillo. Ha sido una historia hecha de una continua vocación de innovar y de interpretar correctamente cada cambio epocal, manteniendo fijas sus ideas y valores centrales: la igualdad, la libertad y la solidaridad en el mundo del trabajo y entre los sectores excluidos y postergados de la sociedad. Por ello, su labor actual es lograr el más difuso bienestar y protección social para todas las chilenas y chilenos, y no sólo para los privilegiados de ayer y de hoy.